Sí,
ayer salimos al Barbara los pocos que
sobrevivimos a esta era. Pero no es por cervezas, es otro tipo de resaca, algo
más dura.
Me
levanto y empiezo a recoger todo lo que hay que “buttare via”, y preparo maletas: hay que dejar Palazzo Martinez 31. Pensaba que no iba a ser dura la despedida de
esa casa, ya había visto un huevo de caras con una expresión de retorcimiento
interno. Pero, al cerrar maletas y abrir la puerta para marchar, cientos de
imágenes de esa casa me han invadido, cientos de imágenes de nosotros: Jaime
con su ordenador, Roy viendo Lost,
Luispa explicando juegos, Nacho tomándose una birra, Maria con un Martini,
Mónica pillando vuelos, una treintena de personas brindando, agua de valencia
mesinesa, picoteos, vinos, fútbol, cartas, PSPs, cafeteras… Sí, demasiados
ejemplos, pero no llega ni a la décima parte de lo que rondaba mi cabeza.
A la
que me he dado cuenta, estaba ya en la puerta de los de Madrid, al lado de
Piazza Università. No sé ni cómo he llegado. Al menos, aún me queda un día para
disfrutar de la gente: aún quedan dos personas que admiro. Aunque son sólo dos,
me importan mil veces más de lo que vale la mayor parte de la gente que he
conocido desde que nací. Gracias por acogerme. Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario