jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo II: Decisiones y comienzos…

-¿Aún te duele?
-No, ya no hay herida. Sólo alguna cicatriz.
-Pues, entonces, ven. Ven, y vuela.
-Es que... ¿tanto cuesta dejar de pensar? ¿y perderme y olvidarme?
-Deja de soñar. Una isla te espera.
-Pero...
-¿Miedo?
-No, para nada. No hay miedo a llegar. Tampoco a partir. Sólo es que creo que aquí empiezo a estar cómodo. Pero sí, si no abro las alas, me arrepentiré siempre. ¿Te vienes?

11-02-2011: Capicúa donde los hayan, e inicio de mis veintitrés. Por estas fechas sacan las listas definitivas, y se puede decir que empieza la aventura, ya definitivamente.
En un subidón de alegría, que dura varios días (y varias semanas), acabo dando el paso, y acepto la Erasmus en Catania el curso 2011-2012. Entre finales de febrero y mayo, empiezan:
  • Las primeras reuniones informativas: Aprendiendo qué es el application form y el learning agreement, la AEGEE, la ESN, algunos consejos, etc.
  • Las charlas con los compañeros que se van a Génova o a Teramo: “¿Habéis empezado ya con italiano?” “¿Habéis visto algo más de allí?”.
  • Las primeras reuniones con la tutora: Majísima, por cierto: explicaba todo, me hizo todo el learning agreement provisional, me recordaba lo que tenía que hacer, ayudaba con cualquier duda… y lo único que pedía era un “¡No os olvidéis de mí! ¡Mandadme algún correo!”. ¡Hasta me puso en contacto con un chaval que estaba de Erasmus allí!
  • Búsqueda como un loco de lo relacionado con Catania: Páginas como Erasmusu.com (una de las páginas webs de los Erasmus por excelencia, que te habla de la ciudad a la que vas y de las experiencias de los que ya han estado), el Cataniasmus (un blog de una chica que estaba allí, del que me hice fan mirando cada dos por tres si había actualizado, porque aprendías muchísimo: hasta hizo una “pequeña guía de supervivencia para futuros Erasmus”) grupos en Facebook o Tuenti (el de Tuenti, el que más he usado) me ayudaron bastante a empezar a saber cosas (lo primero, el hostal Ágora. Para teléfonos, mejor Wind. Que si los precios del alquiler están a tanto. Que si Caixanova no te cobra en ningún cajero del mundo…).
  • Pequeñas tensiones porque no cuelgan la documentación: el application form no sale hasta junio, y aún se tiene que volver a enviar a finales de julio.
  • ¡Primeras maletas compradas!: ¡Ya está bien de utilizar la de mi hermana! “¿Dónde está el talco? Yo sólo veo condones”. ¡Serrita, qué grande eres!
  • Empezar a ver noticias: Etna, querido Etna… ya llevas tres ¡SEIS! explosiones en menos de medio año.
  • Y, lo más difícil para mí: apagar el fuego de Troya al empezar mayo.
De lo último podría escribir todo un libro, pero sólo diré una pequeña moraleja: “Si quieres, puedes”. Si crees sinceramente que está bien, y que te vendrá bien, hazlo. Se niegue quien se niegue.
Gracias Virgi, por demostrarme que tengo más de un hogar. Raquel, por esas “laaaargas” conversaciones telefónicas. Ortiz, por aguantarme, por apoyarme, por emborracharme y aclararme las ideas. Y a los que estuvisteis tan cerca. Muchísimas gracias. Da gusto teneros.
El siguiente paso: aprender algo de italiano, para preguntar o pedir algo. ¿Qué haré yo sin mi Martini al llegar?

Como consejo: para en el camino, y recapacita. Canción: “Cigarrito” (Platero y Tú)

Capítulo I: Nos vemos en los bares

¿Qué hago? ¿Dónde voy? Tan sólo he visto 22 primaveras... Demasiado joven para elegir mi final, donde terminar... Viendo el fin, sólo escucho "haz esto, haz lo otro" y un papel con pros y contras de un sinfín de caminos a elegir... Pero, los 20... ¿no es demasiado pronto? ¿Qué espero, nadar a los 25 entre papeles que me lleguen hasta el cuello? No tardaría en ahogarme, pues...
Decidido: Me voy... Me voy a perder... Perderme para poder encontrarme más adelante. Siempre se está a tiempo de oficinas, de uniformes, de horarios laborales. Ahora toca cerrar los ojos y soñar de día, reír, viajar, cambiar de aires... Andaré como un ciego sin bastón, y estoy seguro de caerme, y posiblemente me derrumbe. Pero lo bonito de los 20 es eso, que somos de goma: la caída no es ni tan alta ni tan fuerte, y siempre nos levantamos con un "no ha pasado nada, sólo son cicatrices".
Me voy, dejando demasiadas cosas atrás, parte de un pasado que se irá de golpe. Como un libro, pasaré página: la aventura seguirá, pero algunas historias quedarán atrás, quedarán en el recuerdo con, tal vez, la posibilidad de volver a ellas algún día con un buen feedback. Aunque, qué irónico, al escribir no me gustan las ataduras ni las repeticiones.
Me voy a ningún sitio, me voy donde siempre. Cuando llegue a la rotonda, ya elegiré camino. Pero mientras tanto, voy a parar en una estación de servicio, en algún pub de carretera.
Chavales, nos vemos en los bares.
Así empezó todo, un 2 de septiembre.
Al cabo de unos días, y viendo el vendaval que empapaba el mercado laboral, decidí formarme un poco más, pensando sobre todo en “qué bien me irían los idiomas”. Me apunté a Ciencias del Trabajo, pues siempre he pensado que cojeo en ese ámbito, y, a finales de mes, aproveché para solicitar la Erasmus, algo a lo que, por unas y otras, nunca me había atrevido.
Cuatro destinos, y Bélgica por delante. Y un cursillo de dos meses para prepararme el examen de inglés para Erasmus, al que me apunté con muchísimas ganas. ¿Conclusión? Dos meses después, a mis espaldas llevaba dos arrepentimientos: un mes y medio de no asistencia (la pereza me decía que era capaz de preparármelo por libre… Mentira: el “mañana” nunca llegaba) y un “No presentado” (pensaba que era un miércoles por la mañana… Mentira: era el martes). Un desastre, vamos…
Sí, por diciembre me olvidé de la Erasmus, mientras me acordaba de la tontería que lleva acoplada a veces mi carácter. Así moría el 2010, un año que quiso ponerme a prueba.
Pero la vida son etapas, y mientras se iba un año riendo, entraba un 2011 sonriente, prometedor de más de una sorpresa (al menos el inicio de todo un cambio, no de vida, pero sí de perspectiva).
Entrado ya enero, unos amigos me intentaban decir algo desde el otro lado del aula, y me decían algo que me sonaba a “sotana” o “katanha”. Según ellos, me habían asignado Catania…
A ver, un momento… Rebobinemos…
¿¿¿¡¡¡QUE ME HAN DADO LA ERASMUS!!!??? ¡Me estáis tomando el pelo! Pero, ¿¿cómo?? ¡¡Pero si no me presenté!! ¡Que tengo un cero! Tiene que haber sido un error… ¿Dónde está? A ver… ¿¿en Sicilia?? ¡Qué guapo! Pero, seguro que no… ¡Uy! ¡Pues sí que es verdad: estoy en listas provisionales! ¡¡Uff, qué subidón!! Voy a preguntar, por si acaso… ¡¡¡¡QUE SÍ!!!! ¡¡¡QUE ME LA HAN DADO!!! ¡¡¡¡¡¡QUE ME VOY A CATANIA!!!!!!
Nunca me había cambiado tanto la vida en tan sólo unos minutos, ni nunca había experimentado tal cambio de emociones… Un sueño cogido con ganas, que poco a poco desaparece hasta que lo das completamente por perdido, y que, de repente, reaparezca… es una experiencia indescriptible, uno de esos “momentazos” que te regala la vida.
Gracias, Pablo, eres la voz de todo un cambio. Ahora, todo empieza, toca cambiar. Afrontar nuevos cambios y consecuencias: informarme, poner en una balanza pros y contras, tomar decisiones, y, lo que más me aterroriza: intentar lidiar como un buen negociador, aunque arda Troya.

A veces, y por alguna decisión, te sorprendes de cómo te puede cambiar la vida en un instante. Canción: Si no me veo no me creo (Celtas Cortos)