jueves, 25 de octubre de 2012

Epílogo


Al final, el Erasmus como tal se resume en una maldita carta que te entregan como si fueras una paloma mensajera. “¿Para qué están las nuevas tecnologías?” es una pregunta aún sin resolver para algunos. Y, bueno, acaba con la imagen de cientos de caras apenadas por un regreso inminente… Una cara de mierda, sí: parece  el fin del mundo.
Eso sí, también hay “hasta luego”s, “te llamaré”s, abrazos, silencios, lloros, mocos… Sí, como decía Luispa: “¡daaaando peeenaaaa!”.
Pero eso es una etapa más por la que pasamos todos. Lo importante es que tus aventuras quedan grabadas en un huevo de recuerdos, tantos que son imposibles de contar. Recuerdos de ésos con los que has compartido tanto, de los que se te han pegado mil y una expresiones. Aquellos que son una pequeña porción de tu historia y tu personalidad. Un pequeño motor de cambio. El final de “L’auberge espagnole” tenía razón, lo clavaron:
“Elijo un futuro sin salidas. Haré lo que siempre quise hacer: está claro, escribiré. Lo veo todo nítido, ahora lo veo todo claro, simple. Nítido.
Creía que era así. No soy así, ni así, ni así. Ya no soy así, ni así, ni así. Ahora soy todo esto. Soy él, y él, y él. Y él, y también él. Y también soy él. Y yo soy él también (“Quiero ser escritor”). Y a él no quiero decepcionarle.
Soy ella, y ella, y ella también.
Soy francés, español, inglés, danés… No soy uno, sino varios, como Europa, una casa de locos. Soy un caos, soy todo esto. Soy un caos, soy todo esto.
Al fin puedo empezar a contarlo todo. Todo empezó ahí, cuando despegó el avión. ¡No, no,  no! ¿Qué dices? No es una historia de aviones que despegan. Aunque sí: es la historia de un despegue.
Todo empezó ahí.”
Y es que parece que van por ahí los tiros. Todos hemos cambiado. Yo ya tengo un pequeño Figueiras dentro, y una pequeña Cervós, y un pequeño Jeimus, y una pequeña Mónica, y un pequeño Luispa, y un pequeño Nazi, y más… Y es que las cosas más pequeñas suelen ser las más importantes…
Y para que no se me olvide quién soy, quién he sido, quiénes han sido, decidí crear este blog, y vomitar en forma de tinta y mierda lo más destacable de este año. ¿Por qué? Porque esto ha sido lo más parecido a un punto de inflexión que he vivido nunca. Y es que, como la peli dice, “es la historia de un despegue”.