jueves, 28 de julio de 2011

Capítulo I: Nos vemos en los bares

¿Qué hago? ¿Dónde voy? Tan sólo he visto 22 primaveras... Demasiado joven para elegir mi final, donde terminar... Viendo el fin, sólo escucho "haz esto, haz lo otro" y un papel con pros y contras de un sinfín de caminos a elegir... Pero, los 20... ¿no es demasiado pronto? ¿Qué espero, nadar a los 25 entre papeles que me lleguen hasta el cuello? No tardaría en ahogarme, pues...
Decidido: Me voy... Me voy a perder... Perderme para poder encontrarme más adelante. Siempre se está a tiempo de oficinas, de uniformes, de horarios laborales. Ahora toca cerrar los ojos y soñar de día, reír, viajar, cambiar de aires... Andaré como un ciego sin bastón, y estoy seguro de caerme, y posiblemente me derrumbe. Pero lo bonito de los 20 es eso, que somos de goma: la caída no es ni tan alta ni tan fuerte, y siempre nos levantamos con un "no ha pasado nada, sólo son cicatrices".
Me voy, dejando demasiadas cosas atrás, parte de un pasado que se irá de golpe. Como un libro, pasaré página: la aventura seguirá, pero algunas historias quedarán atrás, quedarán en el recuerdo con, tal vez, la posibilidad de volver a ellas algún día con un buen feedback. Aunque, qué irónico, al escribir no me gustan las ataduras ni las repeticiones.
Me voy a ningún sitio, me voy donde siempre. Cuando llegue a la rotonda, ya elegiré camino. Pero mientras tanto, voy a parar en una estación de servicio, en algún pub de carretera.
Chavales, nos vemos en los bares.
Así empezó todo, un 2 de septiembre.
Al cabo de unos días, y viendo el vendaval que empapaba el mercado laboral, decidí formarme un poco más, pensando sobre todo en “qué bien me irían los idiomas”. Me apunté a Ciencias del Trabajo, pues siempre he pensado que cojeo en ese ámbito, y, a finales de mes, aproveché para solicitar la Erasmus, algo a lo que, por unas y otras, nunca me había atrevido.
Cuatro destinos, y Bélgica por delante. Y un cursillo de dos meses para prepararme el examen de inglés para Erasmus, al que me apunté con muchísimas ganas. ¿Conclusión? Dos meses después, a mis espaldas llevaba dos arrepentimientos: un mes y medio de no asistencia (la pereza me decía que era capaz de preparármelo por libre… Mentira: el “mañana” nunca llegaba) y un “No presentado” (pensaba que era un miércoles por la mañana… Mentira: era el martes). Un desastre, vamos…
Sí, por diciembre me olvidé de la Erasmus, mientras me acordaba de la tontería que lleva acoplada a veces mi carácter. Así moría el 2010, un año que quiso ponerme a prueba.
Pero la vida son etapas, y mientras se iba un año riendo, entraba un 2011 sonriente, prometedor de más de una sorpresa (al menos el inicio de todo un cambio, no de vida, pero sí de perspectiva).
Entrado ya enero, unos amigos me intentaban decir algo desde el otro lado del aula, y me decían algo que me sonaba a “sotana” o “katanha”. Según ellos, me habían asignado Catania…
A ver, un momento… Rebobinemos…
¿¿¿¡¡¡QUE ME HAN DADO LA ERASMUS!!!??? ¡Me estáis tomando el pelo! Pero, ¿¿cómo?? ¡¡Pero si no me presenté!! ¡Que tengo un cero! Tiene que haber sido un error… ¿Dónde está? A ver… ¿¿en Sicilia?? ¡Qué guapo! Pero, seguro que no… ¡Uy! ¡Pues sí que es verdad: estoy en listas provisionales! ¡¡Uff, qué subidón!! Voy a preguntar, por si acaso… ¡¡¡¡QUE SÍ!!!! ¡¡¡QUE ME LA HAN DADO!!! ¡¡¡¡¡¡QUE ME VOY A CATANIA!!!!!!
Nunca me había cambiado tanto la vida en tan sólo unos minutos, ni nunca había experimentado tal cambio de emociones… Un sueño cogido con ganas, que poco a poco desaparece hasta que lo das completamente por perdido, y que, de repente, reaparezca… es una experiencia indescriptible, uno de esos “momentazos” que te regala la vida.
Gracias, Pablo, eres la voz de todo un cambio. Ahora, todo empieza, toca cambiar. Afrontar nuevos cambios y consecuencias: informarme, poner en una balanza pros y contras, tomar decisiones, y, lo que más me aterroriza: intentar lidiar como un buen negociador, aunque arda Troya.

A veces, y por alguna decisión, te sorprendes de cómo te puede cambiar la vida en un instante. Canción: Si no me veo no me creo (Celtas Cortos)


3 comentarios:

  1. Diego, espero que disfrutes de tu erasmus, y ten por seguro de que iré a molestarte algunos días allí en Italia de acuerdo? jaja un abrazo figura!

    ResponderEliminar
  2. no podría tener mejor visita!
    y sabes q resonarán los "santii cazoorrrrla, lalalalalalaaa, santii cazooorlaa!!" por toda la isla! ;D

    ResponderEliminar
  3. jajajajaja espero que cuando llegue a la isla me recibas como se debe, con un par de botellas de martini y un buen planazo!

    ResponderEliminar